martes, 3 de julio de 2012





ANDREITA MARIBÚ

Aquella soleada mañana de mayo, Andreita  Maribú se había despertado antes de lo acostumbrado, pero se mantuvo quietecita en la cama para no despertar al resto de la familia.
Vueltas de un lado para otro, acompañadas de bostezos intermitentes y con la  mirada perdida, se enrollaba una y otra vez en las sábanas que ahora medio arrugadas, colgaban como un pingo todas desordenadas.
Hoy era un día especial.
Faltaban pocas horas para tomar su primera comunión y cerrando los ojos, se vio envuelta  en un sueño donde ella era la protagonista.
La habitación se revistió  de una inmensa luz de colores blanco y azul. Las paredes y el techo eran como nubes de algodón dulce y los muebles y los cuadros, de caramelo y de chocolate.
Una lluvia de pétalos de fresa y almíbar rociaba la habitación y en medio de ella la pequeña Maribú  daba vueltas y más vueltas, cogiendo entre sus manos el blanco vestido de encaje que su mamá le había comprado para la ocasión y por debajo de él, se dejaban ver unos preciosos zapatitos blancos.
De pronto su sueño se desvaneció. Unos golpes en la cama la volvieron a la realidad.
¿Qué estás pensando? -dijo la hermana de Andreita, rompiendo el dulce momento-
Andreita Maribú apretó los dientes, cogió sus pequeñas gafas y las acomodó en sus grandes ojos. Tragó saliva y miró a su hermana con cara enfadada, pero no le dijo lo que pensaba… hoy debería portarse muy bien.
Salió de la habitación no sin antes mirar por todas partes, comprobando que los muebles no eran de caramelo ni los cuadros de chocolate.
Mamá –dijo Andreita mientras tomaba su baso de leche-
Hacer la primera comunión es muy guay, te hacen muchos regalos, se reúnen toda la familia y…
Sí Andreita  –contestó tajante su mamá­-  pero lo verdaderamente importante es tomar la comunión.
Andreita Maribú dejó de tomar su baso de leche, cerró los ojos y trasladándose a su mundo mágico, comenzó a pensar en todas las personas que la querían y que hoy no estarían junto a ella en un día tan importante.
¡¡Andreita!! Tómate el desayuno y deja de pensar en las musarañas.
Si mamá; estaba pensando que hoy es un día muy especial, es el día de mi primera comunión.
La mamá de Andreita le dedicó una tierna sonrisa.
Andreita tomó con sus pequeñas manos el baso, bebió la leche de un tirón y limpiándose la boquita con su mano izquierda, llenó su imaginación de fantasía.
Pensó en el sueño que había tenido y ocurrió algo extraordinario.
De nuevo comenzó a llover algodón dulce, pétalos de almíbar y fresa,  y una foto en la que estaba su abuelito que se había ido al cielo, de pronto se hizo de chocolate.
Andreita miró a su alrededor y con una suave sonrisa, alzó su mirada al cielo, miró a su abuelito, le guiñó un ojo y dando un suspiro pensó: Hoy es un día muy importante, tomaré mi primera comunión y estaremos todos juntos.

                                                                Para Andrea Marín Buigues con cariño
                                                                                                de su tío-abuelo:  Antonio Baños Roca

2 comentarios:

  1. Precioso Antonio, precioso.
    Nunca sabremos que es lo que nuestros niños piensas ni en que musarañas se enrredan sus sueños, pero podemos pensar y tratar de recordar los nuestros, muchas veces los adultos tambien pensamos en las musarañas, y aunque muchos han pasado al otro lado, es muy cierto que estamos todos juntos en esencia.
    Muy bonito y preciosa moraleja, nunca dejemos de soñar.
    Un abrazo.
    Ambar.

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  2. ME ALEGRA TE HAYA GUSTADO QUERIDA AMIGA.
    UN ENTRAÑABLE ABRAZO DESDE VALENCIA.- SALUDOS DE LOLI Y NINO Y BESOS DE TODOS PARA EL PEQUEÑO LUCAS

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