ANDREITA
MARIBÚ
Aquella soleada mañana
de mayo, Andreita Maribú se había
despertado antes de lo acostumbrado, pero se mantuvo quietecita en la cama para
no despertar al resto de la familia.
Vueltas de un lado para
otro, acompañadas de bostezos intermitentes y con la mirada perdida, se enrollaba una y otra vez
en las sábanas que ahora medio arrugadas, colgaban como un pingo todas
desordenadas.
Hoy era un día
especial.
Faltaban pocas horas
para tomar su primera comunión y cerrando los ojos, se vio envuelta en un sueño donde ella era la protagonista.
La habitación se
revistió de una inmensa luz de colores
blanco y azul. Las paredes y el techo eran como nubes de algodón dulce y los
muebles y los cuadros, de caramelo y de chocolate.
Una lluvia de pétalos
de fresa y almíbar rociaba la habitación y en medio de ella la pequeña
Maribú daba vueltas y más vueltas,
cogiendo entre sus manos el blanco vestido de encaje que su mamá le había
comprado para la ocasión y por debajo de él, se dejaban ver unos preciosos
zapatitos blancos.
De pronto su sueño se
desvaneció. Unos golpes en la cama la volvieron a la realidad.
¿Qué estás pensando?
-dijo la hermana de Andreita, rompiendo el dulce momento-
Andreita Maribú apretó
los dientes, cogió sus pequeñas gafas y las acomodó en sus grandes ojos. Tragó
saliva y miró a su hermana con cara enfadada, pero no le dijo lo que pensaba…
hoy debería portarse muy bien.
Salió de la habitación
no sin antes mirar por todas partes, comprobando que los muebles no eran de
caramelo ni los cuadros de chocolate.
Mamá –dijo Andreita
mientras tomaba su baso de leche-
Hacer la primera
comunión es muy guay, te hacen muchos regalos, se reúnen toda la familia y…
Sí Andreita –contestó tajante su mamá- pero lo verdaderamente importante es tomar la
comunión.
Andreita Maribú dejó de
tomar su baso de leche, cerró los ojos y trasladándose a su mundo mágico,
comenzó a pensar en todas las personas que la querían y que hoy no estarían
junto a ella en un día tan importante.
¡¡Andreita!! Tómate el
desayuno y deja de pensar en las musarañas.
Si mamá; estaba
pensando que hoy es un día muy especial, es el día de mi primera comunión.
La mamá de Andreita le
dedicó una tierna sonrisa.
Andreita tomó con sus
pequeñas manos el baso, bebió la leche de un tirón y limpiándose la boquita con
su mano izquierda, llenó su imaginación de fantasía.
Pensó en el sueño que
había tenido y ocurrió algo extraordinario.
De nuevo comenzó a
llover algodón dulce, pétalos de almíbar y fresa, y una foto en la que estaba su abuelito que se
había ido al cielo, de pronto se hizo de chocolate.
Andreita miró a su
alrededor y con una suave sonrisa, alzó su mirada al cielo, miró a su abuelito,
le guiñó un ojo y dando un suspiro pensó: Hoy es un día muy importante, tomaré
mi primera comunión y estaremos todos juntos.
Para Andrea
Marín Buigues con cariño
de su tío-abuelo: Antonio Baños
Roca
Precioso Antonio, precioso.
ResponderEliminarNunca sabremos que es lo que nuestros niños piensas ni en que musarañas se enrredan sus sueños, pero podemos pensar y tratar de recordar los nuestros, muchas veces los adultos tambien pensamos en las musarañas, y aunque muchos han pasado al otro lado, es muy cierto que estamos todos juntos en esencia.
Muy bonito y preciosa moraleja, nunca dejemos de soñar.
Un abrazo.
Ambar.
ME ALEGRA TE HAYA GUSTADO QUERIDA AMIGA.
ResponderEliminarUN ENTRAÑABLE ABRAZO DESDE VALENCIA.- SALUDOS DE LOLI Y NINO Y BESOS DE TODOS PARA EL PEQUEÑO LUCAS