lunes, 29 de octubre de 2012



                                      


 CENA DE FIESTA

Había preparado la mesa  para una fiesta, como de costumbre en un día tan especial. No quería que faltara ningún detalle, así que la preparó con delicadeza, procurando que todo estuviera a punto para la cena cuando él llegara.   
Hacía  tanto tiempo que se habían casado… y sin embargo, cada año parecía como si fuera el primer día, por eso, se puso sus mejores galas para esperar a su amado. Estaba segura que hoy llegaría más temprano que de costumbre; y como cada año por estas fechas; la obsequiaría con la mocaorá  y una cajita de esas figuritas de mazapán, deliciosas, apetitosas, en forma de frutas, para  celebrar juntos la fiesta de San Donís como  era tradición,  el día nueve de octubre, día de los enamorados en Valencia.
Unos pasos tras ella hicieron que el rubor subiera una vez más a sus mejillas, pues aunque hacía muchos años que estaban casados, cada vez que él le dedicaba alguna palabra de amor o le obsequiaba con algún regalo, sus mejillas se sonrojaban, compartiendo color con las fresitas de mazapán y que la hacían mucho mas bella.
Sin darse la vuelta; sin dar tregua, comentó impetuosa y decidida:
-Cariño, hoy en este día tan especial para nosotros, he preparado para ti lo mejor de mi.
Una voz en tono amable, suave y dulce, rompió el silencio que se había adueñado por momentos, y como un susurro murmuró tras ella:
-Señora, pronto va a anochecer, se ha hecho muy tarde, recoja la mesita y vuelva a casa, el cementerio está a punto de cerrar sus puertas.
Ella sin rechistar, recogió la mesita de campin y todo lo que se encontraba encima de ella, se puso con aparente dificultad el pañuelo sobre la cabeza, y mirando el frío mármol, dijo al tiempo que dibujaba una dulce sonrisa en los labios:
-Adiós mi vida, feliz día de los enamorados, feliz día de San Donis.